domingo, 31 de agosto de 2014

ALCOHOL Y CONDUCCIÓN


El alcohol es una droga socialmente aceptada e integrada en nuestra cultura que mata muchas personas, no solo por las enfermedades que provocan (hepáticas, oncológicas, cardiovasculares, neurológicas, psiquiatricas, etc.) sino por que más de la mitad de los muertos en accidentes de tráfico están relacionados con el consumo de alcohol.

   Conducir es una actividad compleja y peligrosa, por lo que el consumo de sustancias que alteren las capacidades para conducir (alcohol, drogas y medicamentos) aumentan el riesgo de  sufrir un accidente de tráfico así como una mayor gravedad de las lesiones derivadas de él.

   Conducir bajo los efectos del alcohol es el principal factor de riesgo de sufrir un accidente de tráfico, no obstante en nuestro país existe una gran permisividad social hacia el alcohol y existe por lo tanto una gran tolerancia hacia los problemas que esto genera.


    ¿Cómo actúa el alcohol?

   El alcohol es una droga que actúa como tóxico del sistema nervioso central ejerciendo un efecto depresor (adormecedor) sobre sus funciones. Aunque existe una primera fase excitante su acción final  es la sedación. En  su acción se distinguen cuatro fases, dependiendo de la cantidad de alcohol ingerido: euforia, alteración de la conducta, somnolencia y el coma etílico.


    ¿Qué efectos tiene el alcohol sobre la conducción?

   En primer lugar se produce una desinhibición por lo que tiene lugar un cambio en el comportamiento habitual del individuo tendiendo a sobrevalorar sus capacidades y seguridad en la conducción lo que provoca una pérdida del control emocional, volviéndose más agresivo y menos responsable, tendiendo a conductas arriesgadas y a infringir las  normas. Posteriormente  alteración  sensorial (visión y audición), disminuye la  atención, la capacidad para calcular la velocidad y las distancias. Disminuye los reflejos, la coordinación y aumenta el tiempo de reacción. Finalmente hay una pérdida del razonamiento, deterioro de la memoria, el habla, el andar y aparece somnolencia.

    Tasas de alcohol permitido en sangre (gr/litro)

- 0,5 para los conductores en general.

- 0,3 para los profesionales y principiantes.

 Efectos en el conductor según índice de alcoholemia


0,01 a 0,15. Normalmente sin efectos.


0,16 a 0,20. El 20% de los conductores acusan disminución de reflejos.


0,21 a 030. Todos los individuos presentan algunas perturbaciones en su electroencefalograma.

Incorrecta apreciación de distancias y velocidades.


0,31 a 0,50. Sin efectos aparentes todavía, pero ligera euforia y defectos de visión.


0,51 a 0,80. Euforia sensible, aumento del tiempo de acción y perturbación de las reacciones motrices.


0,81 a 1,50. Ligera embriaguez. Perturbación general del comportamiento.

Conducción claramente peligrosa.


A partir de 1,5. Embriaguez manifiesta.


A partir de 3. Imposibilidad física de conducir y borrachera en el 95% de los casos.


A partir de 5. Coma etílico y posibilidad de muerte. 
   
 Hay que huir de los  “TÓPICOS”

    - Todo el mundo bebe y conduce.

- A mí no me afecta el alcohol.

- Un accidente es cosa del destino.



    Está prohibido conducir bajo los efectos de cualquier sustancia psicoactiva que altere las capacidades para la conducción (alcohol, drogas o medicamentos). Se castiga con arresto, multa y privación del permiso de 1 a 4 años. 


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