El alcohol es una droga socialmente aceptada e integrada en nuestra cultura que mata muchas personas, no solo por las enfermedades que provocan (hepáticas, oncológicas, cardiovasculares, neurológicas, psiquiatricas, etc.) sino por que más de la mitad de los muertos en accidentes de tráfico están relacionados con el consumo de alcohol.
Conducir es
una actividad compleja y peligrosa, por lo que el consumo de sustancias que
alteren las capacidades para conducir (alcohol, drogas y medicamentos) aumentan
el riesgo de sufrir un accidente de
tráfico así como una mayor gravedad de las lesiones derivadas de él.
Conducir bajo los efectos del alcohol es el principal
factor de riesgo de sufrir un accidente de tráfico, no obstante en nuestro país
existe una gran permisividad social hacia el alcohol y existe por lo tanto una
gran tolerancia hacia los problemas que esto genera.
¿Cómo actúa el alcohol?
El alcohol es una droga que actúa como tóxico del
sistema nervioso central ejerciendo un efecto depresor (adormecedor) sobre sus
funciones. Aunque existe una primera fase excitante su acción final es la sedación. En su acción se distinguen cuatro fases,
dependiendo de la cantidad de alcohol ingerido: euforia, alteración de la
conducta, somnolencia y el coma etílico.
¿Qué efectos tiene el
alcohol sobre la conducción?
En primer
lugar se produce una desinhibición por lo que tiene lugar un cambio en el
comportamiento habitual del individuo tendiendo a sobrevalorar sus capacidades
y seguridad en la conducción lo que provoca una pérdida del control emocional,
volviéndose más agresivo y menos responsable, tendiendo a conductas arriesgadas
y a infringir las normas.
Posteriormente alteración sensorial (visión y audición), disminuye
la atención, la capacidad para calcular
la velocidad y las distancias. Disminuye los reflejos, la coordinación y
aumenta el tiempo de reacción. Finalmente hay una pérdida del razonamiento,
deterioro de la memoria, el habla, el andar y aparece somnolencia.
Tasas de alcohol permitido en sangre (gr/litro)
- 0,5 para los
conductores en general.
- 0,3 para los profesionales y principiantes.
Efectos en el conductor según índice de alcoholemia
0,01 a 0,15. Normalmente sin efectos.
0,16 a 0,20. El 20% de los conductores acusan
disminución de reflejos.
0,21 a 030. Todos los individuos presentan algunas
perturbaciones en su electroencefalograma.
Incorrecta apreciación de distancias y velocidades.
0,31 a 0,50. Sin efectos aparentes todavía, pero
ligera euforia y defectos de visión.
0,51 a 0,80. Euforia sensible, aumento del tiempo de
acción y perturbación de las reacciones motrices.
0,81 a 1,50. Ligera embriaguez. Perturbación general
del comportamiento.
Conducción claramente peligrosa.
A partir de 1,5. Embriaguez manifiesta.
A partir de 3. Imposibilidad física de conducir y
borrachera en el 95% de los casos.
A partir
de 5. Coma etílico y posibilidad de muerte.
Hay que huir de los “TÓPICOS”
- Todo el mundo bebe y conduce.
- A mí no me afecta el alcohol.
- Un accidente es cosa del destino.
Está prohibido conducir bajo los efectos de cualquier
sustancia psicoactiva que altere las capacidades para la conducción (alcohol,
drogas o medicamentos). Se castiga con arresto, multa y privación del permiso
de 1 a 4 años.
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