El cinturón de seguridad, junto con el
casco de los motoristas, son dos de los elementos
de seguridad más odiados por los conductores, pero a su vez.
El uso del cinturón
de seguridad en los vehículos, reduce a la mitad el riesgo de muerte en caso de
accidente”
Este mensaje tantas veces repetido por instituciones, organizaciones y expertos
de todo el mundo y demostrada científicamente su eficacia.
Es el mejor
salvavidas en caso de accidente. Cuando los pasajeros viajan en el vehículo,
aunque no lo sientan, están desplazándose a la misma velocidad que el mismo.
Pero, en caso de una detención brusca, todo lo que no se encuentra atado dentro
del auto seguirá su viaje hacia delante, como consecuencia de la ley física de
la inercia y sólo se detendrá cuando choque contra algo (puede ser el tablero
de instrumentos, el parabrisas, el asfalto, etc.)
A 50km/h el vehículo se detiene abruptamente contra el obstáculo. Y los
cuerpos de los ocupantes del vehículo siguen moviéndose hacia adelante a la
velocidad que el auto traía hasta ese momento, impulsados por una fuerza
enorme, que equivale a unas 40 veces el peso de cada persona, desplegada en la
desaceleración brusca. Si no están atados, golpearán contra el tablero del
automóvil y contra el parabrisas. Y los ocupantes de los asientos traseros, si
los hubiere, serán impulsados, con esa misma fuerza, hacia la parte de
adelante. Golpearán a los ocupantes de adelante y la parte delantera del
vehículo. Eventualmente pueden ser despedidos fuera del vehículo, aumentando 6
veces las posibilidades de morir, al impactar contra el suelo o cualquier
objeto rígido.
Cualquier objeto dentro del habitáculo, un teléfono móvil, o
cualquier objeto, por pequeño que sea, si no está sujeto, golpeará a los
ocupantes y contra el parabrisas y el tablero, pudiendo provocar serias
lesiones. Un extintor suelto o mal fijado dentro del habitáculo, puede ser un
proyectil mortal en caso de accidente.
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