jueves, 16 de enero de 2014

La somnolencia.


Conducir un vehículo es una tarea compleja en la que están involucrados aspectos como la percepción, el adecuado  tiempo de respuesta y la capacidad física. La excesiva somnolencia diurna como causa de accidentes de tráfico representa, según datos oficiales, un agente causal de primera línea hasta en un 30% de los casos y a menudo estos accidentes están relacionados con una alta mortalidad y morbilidad. Existe una gran dificultad en identificar la somnolencia como implicada en la producción de un accidente de tráfico, puesto que no están establecidos las adecuadas definiciones, ni los métodos para su medición.


Conducir con sueño es uno de los mayores peligros al volante. Se ha calculado que este factor de riesgo está implicado, directa o indirectamente, entre el 15 y el 30% de los accidentes de tráfico. Además, los siniestros causados por el sueño suelen resultar especialmente graves.


Esta cifra puede parecer demasiado elevada ante la idea de que para tener un accidente debido al sueño es necesario quedarse totalmente dormido al volante. Pero esto no es cierto, los riesgos de la somnolencia durante la conducción aparecen mucho antes de que el conductor llegue a quedarse dormido. Por otra parte, los accidentes debidos al sueño no sólo suceden por la noche, existen muchas circunstancias que pueden provocarnos sueño durante las horas del día.

Efectos producidos por la somnolencia

  • Aumento del tiempo que tardamos en reaccionar ante los eventos del tráfico.
    Bajo los efectos de la somnolencia son típicos, por ejemplo, los alcances traseros. El vehículo que nos precede frena y el sueño nos impide reaccionar a tiempo para evitar la colisión.
  • Aumento de las distracciones durante la conducción.
    La somnolencia hace que resulte más difícil mantener la concentración en el tráfico. Es por ello que las distracciones suelen aparecer con mayor facilidad, especialmente si el entorno de la vía es monótono y nos encontramos en condiciones de poco tráfico.
  • Toma de decisiones más lenta y con más errores.
    Tardaremos más tiempo en tomar cualquier decisión, por ejemplo si podemos adelantar con seguridad o no, por lo que es fácil verse envuelto en situaciones de peligro. También se cometen muchos más errores al volante, especialmente en situaciones complicadas en las que es necesario dar una respuesta rápida, como por ejemplo en una incorporación a una autovía.
  • Movimientos más lentos, menos precisos y automatizados.
    Bajo los efectos del sueño los músculos se relajan, por lo que nuestros movimientos serán más lentos y menos precisos. También es frecuente observar una tendencia a ejecutar los movimientos de forma automática, sin pensar suficientemente. Esto puede llevarnos a realizar una maniobra centrándonos más en el hábito que en las necesidades de la situación y, por ejemplo, podemos llegar a rebasar un semáforo, sin confirmar previamente si la luz ya había cambiado a verde.
  • Aparición de microsueños.
    Los microsueños son periodos de apenas unos segundos durante los cuales el conductor queda ligeramente dormido y permanece ajeno a lo que ocurre en el tráfico. El mayor problema de estos microsueños es que el conductor no suele ser consciente de haberse quedado dormido, en ocasiones ni siquiera al volver a despertar, por lo que suelen pasar completamente inadvertidos y se relacionan con numerosos accidentes de tráfico.
  • Percepción deficiente del entorno.
    Bajo los efectos del sueño nuestra capacidad para percibir el entorno se altera. Por ejemplo, la visión se puede volver borrosa, resultando más difícil enfocar la vista provocando que aparezca la fatiga ocular.
  • Conducción hostil y peligrosa.
    El sueño puede hacernos sentir inquietos al volante o que nuestro comportamiento con los demás usuarios de la vía sea más hostil. También es posible que aceptemos un mayor nivel de riesgo y que circulemos a mayor velocidad, especialmente cuando nos encontremos cerca del lugar de destino y con muchas ganas de llegar. 
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  •  Consejos para evitar la fatiga y el estado de sueño al volante.
    ·   - Ponte en marcha después de haber descansado un mínimo de 6-8 horas. La falta de sueño merma los reflejos desde los primeros kilómetros.

    - Intenta, en la medida de lo posible, viajar de día o, al menos, evitar desplazamientos entre las 2 y las 6 de la madrugada y la 1 y las 4 de la tarde.

    - Evita las comidas copiosas antes de la salida y durante el trayecto, producen somnolencia. Si viajas por la mañana desayuna correctamente para evitar la fatiga producida por la hipoglucemia.

    - Para aproximadamente cada dos horas o antes, si notas alguno de los siguientes síntomas: párpados pesados, calambres, dolores en cuello y hombros. Según un estudio, después de cuatro horas al volante el conductor tarda el doble en reaccionar ante un imprevisto. Y el doble es mucho tiempo.

    - Por supuesto, no bebas nunca alcohol ya que además de provocar sueño y fatiga, aumenta el tiempo de reacción del conductor, y con ello, el riesgo de sufrir algún percance.

    - Si hace mucho calor, haz bajar la temperatura del coche poniendo el aire acondicionado al máximo o bajando las ventanillas. Evita la concentración elevada de calor dentro del vehículo.

    - Bebe mucho líquido antes y durante el trayecto. Los signos de deshidratación no suelen ser muy evidentes, pero producen fatiga muscular y dolores lumbares.

    -  te recomendamos tomar chicles y caramelos ya que, según un estudio de la Universidad de Zaragoza, despiertan los sentidos y contribuyen a mejorar la atención y la percepción.

    - Ten especial cuidado si estás ingiriendo algún tipo de medicamento, infórmate de cuáles son sus efectos secundarios. Si conlleva riesgos de somnolencia, evita tomarlos antes de salir. En los antihistamínicos, por ejemplo, es muy frecuente ese efecto secundario.

        Por tu seguridad vial, desde los parpadeos constantes, dificultad para enfocar la vista, sensibilidad al ruido o incapacidad de mantener la cabeza recta.
    EN RESUMEN
    El mejor remedio para combatir el sueño es descansar, parar cada 2 horas o 200km unos 15 0 20 minutos, para descansar, estirar las piernas paseando, beber alguna bebida azucarada y luego emprender la marcha. Buen viaje.
     


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