Hoy en día, la mayoría de los vehículos disponen de ABS, aunque lo más probable es que los propios usuarios desconozcan su utilidad, muchos creen que ayuda en la frenada, consiguiendo detener antes el vehículo y esto no es del todo cierto, incluso en situaciones es al contrario, cuando existe nieve o gravilla en el asfalto el ABS puede incluso aumentar la distancia de frenado.
El ABS (del alemán Antiblockiersystem, sistema de antibloqueo) es un mecanismo utilizado en los aviones y en los vehículos automóviles, que evita que los neumáticos pierdan el contacto con la pista de aterrizaje o la calzada durante un proceso de frenado brusco.
El sistema fue desarrollado inicialmente para los aviones, los cuales acostumbran a tener que frenar fuertemente una vez han tomado tierra. Más adelante, Mercedes-Benz desarrolló este sistema por primera vez para automóviles. Con el tiempo el ABS se ha ido generalizando, de forma que en la actualidad la absoluta mayoría de los automóviles y camiones de fabricación reciente dispone de él. Algunas motos de alta cilindrada también llevan este sistema de frenado.
El ABS funciona en conjunto con el sistema de frenado tradicional. Consiste en una bomba que se incorpora a los circuitos del líquido de freno y en unos detectores que controlan las revoluciones de las ruedas. Si en una frenada brusca una o varias ruedas reducen repentinamente sus revoluciones, el ABS lo detecta e interpreta que las ruedas están a punto de quedar bloqueadas sin que el vehículo se haya detenido. Esto quiere decir que el vehículo comenzará a patinar, y por lo tanto, a deslizarse sobre el suelo sin control. Para que esto no ocurra, los sensores envían una señal a la Central del sistema ABS, que reduce la presión realizada sobre los frenos, sin que intervenga en ello el conductor. Cuando la situación se ha normalizado y las ruedas giran de nuevo correctamente, el sistema permite que la presión sobre los frenos vuelva a actuar con toda la intensidad. El ABS controla nuevamente el giro de las ruedas y actúa otra vez si éstas están a punto de bloquearse por la fuerza del freno. En el caso de que este sistema intervenga, el procedimiento se repite de forma muy rápida, unas 50 a 100 veces por minuto, lo que se traduce en que el conductor percibe una vibración en el pedal del freno.
Permite que el conductor siga teniendo el control sobre la trayectoria del vehículo, con la consiguiente posibilidad de poder esquivar el obstáculo causante de la situación de riesgo.
El ABS es útil en casi cualquier situación. Con hielo o nieve en la carretera es incluso imprescindible. En este último caso, el ABS puede alargar la distancia de frenado, ya que cuando las ruedas se bloquean arrastran nieve delante de ellas mejorando la capacidad de detención del vehículo. También es importante disponer de él en caso de lluvia, así como si la calzada se encuentra seca y en perfecto estado. Circulando a 140 km/h una calzada en estas últimas condiciones es tan peligrosa en caso de frenado forzado, que una calzada mojada por la lluvia a 70 km/h, o una carretera helada a 30 km/h. Sin embargo en situaciones de trafico intenso y dado que el ABS amplia la distancia de frenado, puede situar al conductor en cirscunstancias próximas a un accidente de las que ya se encontrara.
Aunque se cree que la distancia de frenado se reduce con el uso del ABS esto, en teoría, no es cierto. Un conductor experto puede frenar un vehículo en un 5% o 10% menos espacio utilizando un sistema sin ABS. Para un conductor medio, la distancia de frenado se amplirá, pero el ABS ayudará a conservar la estabilidad del vehículo, aspecto primordial en el diseño de un sistema de frenos. En una frenada sobre nieve o gravilla un sistema ABS suele alargar la frenada en exceso, con lo que se debe conducir con precaución.
Otras ayudas a la frenada:
• servofreno
• BAS asistencia de frenada de emergencia
• EBV Reparto de frenado electrónico
No hay comentarios:
Publicar un comentario