Los neumáticos caducan, y usarlos cuando ya han envejecido puede llegar
a causarnos un problema muy grave. Como hemos dicho siempre, las ruedas
son el único punto de contacto del
vehículo con el terreno. Por eso, el neumático es un elemento vital para
garantizar el correcto comportamiento de nuestro automóvil. El
funcionamiento óptimo de un neumático está supeditado entre otras cosas a
que tanto su superficie como su estructura interna se encuentren en
buen estado. Eso suele hacernos comprobar que la profundidad del dibujo
sea superior a los 1,6mm que marca la Ley, que los neumáticos se
encuentren inflados a la presión marcada por el fabricante y que no
presenten cortes ni abolladuras.
En todo caso, se considera que un
neumático que tenga más de cinco años de edad es un neumático ya
caducado que se debería sustituir, por muy profundo que tenga el dibujo
de su banda de rodadura y por muy limpio de cortes que lo veamos. Una
goma de cinco años pierde elasticidad, se endurece. Y si se endurece, no
se agarra al asfalto e incluso puede ser que se le rompa la estructura
al rodar.
Por nuevas que veamos nuestras ruedas, debemos saber
cuándo se fabricaron los neumáticos que calzamos. La fecha de
fabricación se encuentra en el flanco del neumático.
En el ejemplo de la
fotografía, en que aparece el número 4108, sabemos que el neumático se
fabricó durante la semana 41 del año 2008. Por eso, estas cubiertas
deberían cambiarse antes de llegar a otoño del año 2013, incluso si
nuestro vehículo hace pocos kilómetros y el desgaste de la banda de
rodadura no es demasiado acusado. El envejecimiento no sólo entiende de
distancias recorridas, sino también de años vividos, incluso bajo el
techo de un garaje.
Por eso hay que tener mucho cuidados con las
ofertas gangas, hay que mirar la fecha de fabricación para saber su
caducidad porque al comprarlos pueden estar cerca de su caducidad.
ASÍ QUE NO TE DEJES ENGAÑAR TU VIDA Y LA DE LOS TUYOS ES LA QUE ESTÁ EN JUEGO.
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